Hoy tiré mi tele

Hoy tiré mi tele. La mandé a volar por la puerta… Al parecer mi teoría de que era estúpida era cierta, pues cayó desde el tercer escalón y no supo enredar su cable para salvarse.

Mi abuela la rescató. Sucede que vivo en el penthouse de mi casa… bueno en el segundo piso de mi casa que consta de mi cuarto y una terraza… y decidí tirar mi tele.

Primero pensé en venderla pues el dinero siempre hay en qué gastarlo. Pero no. Mejor decidí donarla al comedor, puesto que la tele que hay ahí (nótese que estoy en desacuerdo con el hecho de que haya una tele en ese sitio a pesar de que nunca se use el comedor) ya empezaba a zumbar. Hacía uno de esos sonidos que por lo general la gente mayor no nota, (pues puede disfrutar de novelas repetidas sin cansancio) que incluso formaron parte de la colección de populares ringtones para celulares que a mí ya me tenía harto.

¿Por qué la tiré? La base en la que estaba montada ahora sirve para mi laptop, se ve realmente bien ahí. Pero no, no la tiré por eso. Ahora tengo un celular en el que confío para despertarme con su alarma, (antes usaba la televisión para despertarme ya sea con cnn o con telehit) pero no. Tampoco la tiré por eso. La tiré porque me di cuenta de que realmente no la necesito en una casa donde hay de sobra, en cada cuarto. Hoy tiré mi tele y me gusta como se oye eso. Por eso la tiré.


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