Las hadas

Las hadas… Una gorda y otra flaca… de verdad se los prometo: ¡volaban!

A brinquitos agarradas de la mano se pasaban el alcohol y a brinquitos se paseaban de un laaaaaado al oootro, pero como sin quererse pasar. Se pasaban paseandose en la noche que era mágica.

De repente se convertían en vacas. La gorda hasta se veía un poco sexy debido a su constante juego divertido y a su disfraz multicolor y la flaca engordaba de una manera que solo el cláxon del conductor presuroso podría explicar.

Pero nadie le explicaba al desorientado que sus toneladas no podrían asustarlas. No. Simplemente estaban pero no estaban ahí.

Porque las hadas punk, con toques frutales, con polvos de cigarro y aromas censurados estaban inmersas en un cuento emo. Gloriosas las hadas… ¡Ahhh! Dichosas después de escuchar aquella música que seguramente sólo ellas entienden… después de hacerme reír convulsivamente… las hadas…


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