No me importan tus intimidades II

Eres tan finita que me gustaría saber el tamaño preciso de la perforación de tus aretes para darme una idea más certera de tu perfección. Aunque en fotos te he visto arracadas no me la quiero creer. Sigo pensando en la milimétrica exactitud de los hoyuelos de tus orejas y su relación con los que en tus mejillas se forman al sonreír.

Estas líneas son para recordarme y recordarte lo que me interesa ocultarles a los demás. Sabes qué significa la escalera de la cocina.

Te agradezco hasta el infinito que me hayas permitido sentir el cielo con las manos al tocar la invisible pradera de los vellos de tus piernas. Debajo de tu ombligo existe una paz en forma de racimos de uvas.

Te adoro por permitirme probar con mis labios los tuyos, en una delicada y privada delicia divina.

Me encanta la revolución de tu cabello y la libertad que clama su batalla victoriosa. Su independencia bien ganada.

No me importa el propósito original de este ensayo.


Comments

4 respuestas a “No me importan tus intimidades II”

  1. Revolución y libertad limitada… seguirá siendo trunca, aunque quieras sentirla, aunque se lo digas, te detiene y no te deja llegar a ella. Te extraña? Yo pienso, pero si creo que sí.

  2. Esto fue lo que entregaste de ensayo?

  3. No, y no creo entregarlo.

  4. Que bueno. Si no era una poda total al anterior.

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