Sobre la película Happiness

No es para niños. No recomiendo que la vean ni acompañados de adultos. Happiness es una película con humor negro e ironía que provoca risas, pero puede llegar a ser muy perturbadora.

Encuadra la búsqueda de la felicidad de sus personajes entre ellos las distintas perspectivas y tonalidades de la familia Jordan, conformada por un matrimonio de 40 años que vive en desamor, tres hijas y sus respectivas parejas, todos viviendo su concepto de realidad y la de otros con conductas enfocadas en el placer y el dolor; sentirse miserables o seguir con la incertidumbre de vivir.

Todos nos guardamos nuestros secretos y tenemos nuestras mañas: un suicidio de un menospreciado hombre; una violación y homicidio pasional; un psiquiatra pederasta; un aburrido neurótico con obsesión febril al sexo; una esposa y abnegada ama de casa enfocada en su éxito familiar; una sensual escritora que posee todo menos el amor; el amor de un matrimonio que terminó hace tiempo y que ahora coexiste como parte inerte de la cotidianidad hace de su comportamiento una forma digerible de comprender la entrega, frustraciones y represarías que reciben estas personas por las normas preestablecidas.

La más marcada desviación o perversión es la del psiquiatra, que se percata de su enfermedad y de la forma como disfruta hacer lo que le gusta, por más retorcido que parezca. Él mismo acude a otro psicólogo pero oculta su perversión porque no es un problema; para él es natural.

Trish (Cynthia Stevenson), es la esposa del psicólogo, quien gusta de ser tratada como basura (¿Trash?) y eso le da su felicidad. Eso y cuchichear con su hermana, la poeta figura femenina que asemeja a un gato, la estilizada Helen Jordan (Lara Flynn Boyle) quien representa a quienes lo tienen aparentemente todo, pero que al tenerlo todo se aburren. Entre las dos hunden a su hermana Joy  Jordan (Jane Adams) condenándola al fracaso y mediocridad. Señalan que nunca de los nuncas será feliz y eso las hace felices.

Allen (Philip Seymour Hoffman) tiene una obsesión por algún día tener sexo con su vecina Helen. Posee una autoestima nula. Es un tipo aburrido que sabe que es aburrido, y se autoetiqueta como aburrido. Su felicidad la encuentra al soltar improperios por teléfono a las mujeres con las cuáles nunca se atrevería a cruzar palabra. El hecho de intentar hacerlo lo hace sudar y le enreda nudos en la garganta.

¿Qué hacía que este grupo de sujetos cedieran a sus perversiones y no las pudieran controlar? Lamentablemente estos personajes existen en nuestra realidad social, son la crítica perfecta de que en nuestro contexto real, se dan situaciones tal vez tan extremas o mayores que estas.

La felicidad es un instante, buscar y encontrar a migajas, pero no con la mesa servida. Es el intento por realizar conexiones lo que nos hace movernos.

La felicidad es tocar lo que parece inalcanzable. Es encontrar algo más grande que nosotros y dedicarnos entero a ello.

Dice Todd Solondz que el material gráfico que utiliza, sirve para pintar el disturbado lado obscuro de la naturaleza humana.


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