Después de terminar una relación, Elizabeth busca en un viaje personal la forma de sanar su corazón.
Me gustó bastante Noches Púrpura. Pareciera un poco lenta, pero tiene la velocidad perfecta para convertirse en una exquisitez visual que abre el apetito de maneras melancólicas.
Los personajes con los que se encuentra Elizabeth nos recuerdan muy bien cómo hay deudas en la vida que no se terminan de pagar ni con la misma muerte.
Tras una ruptura emocional, la vida puede no tener sentido por las mañanas, pero en el juego en el que algunas veces se pierde por confiar en los demás en vez de confiar en uno mismo, no importa cuanto tiempo pase: Cuando al fin se está listo para abrir el corazón, cruzar la calle puede ser más fácil si se tiene a alguien esperando del otro lado. Un sabroso cafecito sentimental.
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