– ¿Cómo estás?
– bn y tu?
– Vivo, más que nunca. De esas veces que sabes que estás vivo porque duele. Duele cabrón, como para decir groserías chingada madre, duele con huevos. Estoy en el empute. Con la respiración alterada, entrecortada. Como con ganas de mandar todo a la chingada y fumarme un cigarro en mi cuarto. A la verga. Por pinches sentimientos que me hacen erizar los vellos y me tumban al suelo. Estoy con la cara hecha un rectángulo. Las encías apretadas como para triturar piedras, la boca como para gritar leperadas. Chingadísima puta madre. Estoy enojado conmigo, por mis ardores adolescentes. Por amarla. Porque otra vez estoy escribiendo y pensando en qué pasará si lo lee. Y luego las fans: ¿Ya vas a poner otra cosa de malacopa? ¡QUÉ TE IMPORTA!
Puta intensidad sabrosa, eres mi perdición.
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