Querida:

¿Cómo?… ¿Estás?…

Sigo leyendo como si leyera. Las letras de los cuentos son esponjas que al apretar sueltan gotas dulces. Se deslizan por mis dedos y huelen a goma de mascar.

¿Cuántos dedos podré tronar antes de verte?

Sigo viendo películas como si viera películas. Quisiera poder escribir un ensayo que se convierta en un buen guión que se convierta en una buena película que se convierta en una buena novela.


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